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Dinastía a la vista

MIAMI -- Nuevo año, misma historia.
Se entregaron los anillos a la franquicia del Miami Heat, se izó el tercer banderín de campeón en la historia de la institución, y luego se dio vuelta la página.
En un abrir y cerrar de ojos, se pasó de los buenos recuerdos a una nueva meta. Suena simplista decir que el Heat parte nuevamente como favorito a ganar por tercer año consecutivo el título.
Sin embargo, lo aparentemente simplista no le quita lo real.
No se trata de sacar conclusiones prematuras luego de apenas un partido de una temporada regular de 82 juegos, pero sí se trata de una verdad ineludible hasta que alguien demuestre lo contrario.
El primer escollo de muchos fueron los Chicago Bulls, que contaban con el aliciente del regreso tan esperado de Derrick Rose.
Un Rose que lució algo impreciso, pero bien físicamente y que le aportará a los Bulls esa garantía anotadora que tanto echaron de menos la campaña pasada.
Hoy no fueron rival para el Heat, pero últimamente pocos lo han sido.
No es para menos considerando que aunque suene extraño, esta versión de Miami tiene el potencial para ser aún mejor que las anteriores.
La base permanece intacta, a excepción de la partida de Mike Miller a los Memphis Grizzlies.
Habiendo dicho eso, hay que decir que existen algunas diferencias fundamentales.
Principalmente, Dwyane Wade ha trabajado incansablemente en la temporada baja para recuperar su forma física, y realmente se nota que ha recuperado algo de la explosividad a la cual nos tenía acostumbrados.
Dwyane Wade
Issac Baldizon/NBAE/Getty ImageDwyane Wade lució a gran altura
Seguramente el Heat será más inteligente esta temporada, a no ser que se encuentre con otra cita con la historia como cuando ganó 27 encuentros en fila la campaña pasada, y monitoreará los minutos de Wade.
A la vez, Miami realizó un par de adquisiciones de bajo riesgo con potencial para dar grandes dividendos.
Greg Oden, ex primera selección general del draft, puede ser esa presencia en la pintura que tanto le hace falta al Heat. A no confundirse, en el mejor de los casos, le dará 20 minutos a este equipo, pero si eso sucede le agregaría otra dimensión al conjunto.
También volvió a la ciudad Michael Beasley, que aunque al momento es un problema a la defensiva, puede ser una gran opción anotadora desde la banca.
Dos opciones riesgosas, pero que si no funcionan, no habrán costado prácticamente nada.
Y por último llegó Roger Mason Jr., que puede suplir la puntería de Miller a distancia.
Beasley no jugó este martes y Mason Jr. y Oden estuvieron inactivos.
Esta noche se trató de la base del campeón, que cada vez se siente más cómoda jugando junta, y que te puede ganar de distintas maneras.
En un momento dado, Chris Bosh, Wade y LeBron James estaban combinados para encestar apenas 7 de 24 canastas, y el Heat estaba ganando por 21 puntos.
Norris Cole sigue evolucionando, Ray Allen es como un buen vino y Shane Battier es sinónimo de rendidor.
Hoy, la clave fue la banca y esa defensiva que cuando no peca por complaciente es de lo mejor en la NBA.
Ganar este año será más difícil que nunca para el Heat. Los Pacers siguen mejorando, los Bulls siempre los complican cuando cuenta y los Brooklyn Nets quieren ser protagonistas.
Y eso no que ni siquiera hemos empezado a hablar del Oeste.
Sin embargo este debut fue una confirmación de lo que ya sabíamos; el Heat es más candidato que nunca.
Eventualmente "los nuevos" aportarán su granito de arena, LeBron volverá a su mejor versión que no fue necesaria en el debut y la química seguirá acrecentándose.
Sí, Miami debutó desmantelando a uno de sus más acérrimos rivales, pero su techo ni siquiera está a la vista.
En cambio la dinastía sí lo está.

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