por Enrique Rojas
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ORLANDO -- El Clásico Mundial de Béisbol fue una muy buena idea, sin embargo, el sueño de Bud Selig está condenado a morir una vez caigan las luces del último partido de su tercera edición, salvo que el comisionado consiga establecer un reglamento contra el abierto boicot de los clubes de Grandes Ligas.
El Clásico Mundial logró superar la histórica disputa político-comercial entre Cuba y Estados Unidos, amenazas de la unión de jugadores de Japón y resistencia de la Federación Internacional de Béisbol, entre otros obstáculos, para en siete años establecerse como el único torneo autorizado a coronar un campeón mundial en pelota.
Sin embargo, el proyecto de la oficina del comisionado de Grandes Ligas y el sindicato de los peloteros ligamayoristas no ha podido resolver la cuestión que amenaza su existencia y que irónicamente proviene de adentro: La poco disimulada oposición de los clubes a facilitar la participación de los mejores jugadores.
Canó
Beltré
En la tercera edición del Clásico Mundial, que se realizará del 2 al 7 de marzo en siete ciudades de cuatro países, participarán megaestrellas como los dominicanos Robinson Canó y Adrián Beltré, el venezolano Miguel Cabrera y el norteamericano Joe Mauer, pero ninguno de los principales países productores de Grandes Ligas pueden proclamar que tendrán sus equipos ideales en el evento.
Los lanzadores Justin Verlander, Clayton Kershaw, Félix Hernández y David Price no asistirán. Tampoco los inicialistas Joey Votto, Prince Fieldel y Albert Pujols, ni lo jardineros Matt Kemp, Josh Hamilton, Mike Trout, José Bautista y Melky Cabrera.
Incluso jugadores de bajo perfil y sin roles destacados en sus clubes como el dominicano Fernando Martínez, el venezolano Francisco Cervelli y el panameño Bruce Chen, optaron por no jugar con España, Italia y China, respectivamente. Otros como el venezolano Johan Santana y el dominicano Johnny Cueto son dudas a días de que se entreguen las nóminas definitivas para el campeonato.
Suzuki
Matsuzaka
Japón, que ganó las primeras dos ediciones del Clásico Mundial con tipos como Ichiro Suzuki, Daisuke Matsuzaka y Yu Darvish, no tendrá un solo pelotero de Grandes Ligas en esta ocasión, cuando será sede de partidos en las rondas primera y segunda del torneo.
Los argumentos son distintos en cada caso, pero al final prevalece la apatía por el torneo y el poco disimulado esfuerzo de los clubes de las ligas mayores por mantener a los peloteros en sus propios campos de entrenamientos primaverales y no compitiendo con el uniforme de sus paíases en el equivalente del béisbol a la Copa Mundial de Fútbol o el torneo de baloncesto de los Juegos Olímpicos.
¿Imaginan una Copa Mundial de Fútbol sin el argentino Lionel Messi, el portugués Cristiano Ronaldo o el español Andrés Iniesta? Salvo por lesiones graves o la ausencia de su país, ningún jugador importante falta a la cita mundialista cacada cuatro años.
Sin embargo, para los jugadores de Grandes Ligas es sumamente fácil y cómodo decir que no a su paises y quedarse en los entrenamientos primaverales. Verlander, Kershaw y Price, por ejemplo, no pusieron ninguna excusa, tampoco los venezolanos Franklin Morales y Félix Doubront y los dominicano Rafael Soriano yAlexi Ogando.
Hernández
Mientras que "El Rey" Hernández renunció al honor de abrir el primer juego de su país luego que sus negociaciones con Seattle para una histórica extensión de contrato sospechosamente se estancaran hasta que el pitcher anunciara su no participación en el Clásico Mundial.
En República Dominicana llamarían chantaje a lo que pasó con el venezolano, pero en Seattle le dicen "decisión familiar".
La decisión de Hernández le ganó más de un enemigo en Venezuela, donde representar el país en el Clásico Mundial es visto más como una obligación patriótica que como un simple movimiento de conveniencia.
Santana, Pujols, Bautista y otros fueron bloqueados contra sus propios deseos debido a que terminaron lesionados la temporada anterior o se sometieron a procedimientos rutinarios para corregir lesiones. Pero la verdadera ridiculez de esos casos es que niguno de esos jugadores estarán inhabilitados por lesiones y casi seguro estarán jugando en la temporada de exhibición al mismo tiempo que sus países compiten en el clásico.
El colmo de los colmos atañe al jardinero dominicano Starling Marte, bloqueado por Piratas de Pittsburgh de jugar en el Clásico Mundial debido a una lesión de la temporada pasada, pese a que recientemente accionó en 40 partidos de la liga invernal.
"Admito que en más de una ocasión he sentido frustración y coraje por las salidas de algunos peloteros", dijo Moisés Alou, quien jugó con República Dominicana en 2006 y 2009 y es el gerente general de la novena quisqueyana para el 2013.
"La verdad es que no estoy de acuerdo con eso, pero comprendo que en Latinoamérica existe presión", dijo Dusty Baker, el manager de los Rojos de Cincinnati acerca de la posibilidad de que Cueto lance con la selección dominicana en el Clásico Mundial en lugar de prepararse tranquilamente para abrir el primer partido de su equipo.
"Nunca he visto tanto orgullo nacional de por medio. Los dominicanos son gente que es muy orgullosa de sus raíces. Sé que la Serie del Caribe es algo importantísimo para andar presumiendo en Latinoamérica. Ahí es en donse se puede estar jugando la mejor pelota. Y lo sé porque yo jugué pelota invernal", dijo Baker.
Baker está claro. Para los latinoamericanos, e incluso los asiáticos, el Clásico Mundial es un asunto importante y si el comisionado de Grandes Ligas no encuentra un mecanismo para evitar que los clubes presionen la ausencia de estelares, es poco probable que países como República Dominicana y Venezuela participen más allá del 2013.
Fue por el honor del país que los peloteros japoneses depusieron su amenaza de boicotear el torneo y olvidaron por el momento sus reclamos de una mejor repartición de las ganancias del campeonato y que la Liga Mexicana de Béisbol puso los intereses nacionales por encima de las diferencias internas para permitir la participación de sus miembros en la selección nacional de marzo próximo.
Por todas esas mismas razones, los países latinoamericanos y asiáticos podrían reconsiderar seriamente el llamado de la oficina del comisionado para el 2017 y futuras fechas. El Clásico Mundial está en peligro de extinción, salvo que algunas cosas cambien pronto, incluyendo el abierto boicot de las organizaciones de Grandes Ligas.
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